El meterse a la historia, leer y checar las crónicas que se hacían antes cuando los que cubrían al equipo estaban obligados a redactar a falta de un boletín de prensa y los interesados leían antes que ponerse a ver videos para poder tener un contexto de qué se vive y cómo se vivía en ese tiempo. De ahí logramos desempolvar los reportes de asistencia que registraban los equipos en casa en el 2005, hace 19 años de esto, incluso algunos de los que están interesados en el deporte ni siquiera habían nacido.

En él rezaba que exceptuando los Piratas de Campeche (48 juegos), los equipos tuvieron entre 52 y 54 aperturas en casa, de todos ellos, el único que tenía en promedio 5 dígitos eran los Saraperos que promediaban 10,742 adicionados, mientras que el peor eran los Tuneros de San Luis con 1,226.

Diablos Rojos del México decían que jugaban en el “Foro Solo”, porque promediaban 2,233 personas, mientras que Sultanes, en mucho gracias a que Carlos Bremer ayudó de cara al final de la temporada con varias estrategias, logró juntar 7,068 aficionados, aunque les recordamos asistencias de 1,500 personas a sus juegos y reclamos de Pepe Maiz para que asistieran a los juegos. El promedio de asistencia de la liga era de 3,939 aficionados en los 15 parques (Tigres jugaba en Puebla).

Las asistencias comparadas con el 2024 han cambiado en algunos parques mientras que en otras se siguen viendo asistencias pobres, pero ahora en 20 parques diferentes. Al momento de escribir estas líneas, las aperturas en casa oscilan entre 38 y 44, con excepción de los Leones de Yucatán que han perdido 10 taquillas, así como 7 de Puebla y Campeche.

El mejor promedio es de los Diablos Rojos con 11,598 aficionados, Tijuana les sigue con 9,581, mientras que los peores promedios don los Piratas de Campeche con 1,449 donde ni siquiera su renovado estadio ha logrado atraer aficionados, así como los Dorados de Chihuahua con 1,569.

Si nos fijamos en asistencia global, la liga en 19 años logró tener a 4,604 aficionados en el parque en promedio, aunque su éxito radica ya en que ahora sí ha tenido más exposición, incluso algunos dirían que es excesiva porque se ve en diferentes plataformas y no solamente en televisiones locales donde en algunas pasaban los juegos ya cercanos a la media noche.

Mucho se ha criticado que quienes van únicamente es a tomar y a la fiesta, si esto es algo que va a incrementar el número de aficionados como lo ha hecho en plazas como Torreón o México, bienvenidos, porque esto finalmente es un espectáculo, y ¿cuántos pueden sostener un espectáculo con butacas vacías? Al menos la pandemia nos enseñó que no se podía.

¿Es importante hacer que las personas le entiendan? ¡Claro! Puede haber personas de la “vieja escuela” que puedan estar molestos con el ruido excesivo en el estadio, con que las personas no aprecien una joya de picheo o un robo de base, pero también como medios de comunicación nos compete poner de nuestra parte para que aquellas personas que van llegando puedan entenderle a lo que pasa en el campo al mismo tiempo que disfrutan de la parte de fiesta que se tiene.

Aquellas personas que digan que por ir a jugar al llano son los que saben de pelota mentirían, he conocido personas que no entienden el reglamento o reclaman cosas que nada tienen que ver con la realidad del juego.

Tampoco es para sentirse deslumbrados por aquellas personas que traigan como novedad las métricas avanzadas que en ocasiones ni siquiera ellos entienden, pero “suenan chido”.

Beto Ávila decía que tenía más de 50 años en la pelota y todavía no sabía nada, ¿qué nos espera a nosotros que tenemos menos? Nada más que seguir aprendiendo y disfrutando de la pelota, pero también compartiendo con aquellos que se están integrando.

Actualmente hay algunas quejas de que en algunos estadios es incluso imposible poder conseguir boletos 15 minutos antes del playball, cuando antes no se batallaba nada. Ojalá que esto pueda repetirse en muchas ocasiones, porque es seña que el espectáculo brindado es del agrado del público que decide dejar de ver series, ir al cine o a un bar asistir al estadio.

¿Consumen mucho? ¡Qué bueno! Normalmente debes de gastar tres veces en consumo lo que gastas en el boleto de entrada, gracias a ellos se pueden tener (en teoría) finanzas sanas, entidades privadas que estén financiando el negocio del béisbol y quizás se tenga menos dinero público en el negocio.

Ha habido avances, pero ¿es esto suficiente para estar mejor que hace 19 años?

Esperamos sus comentarios, estamos a la orden en el twitter@JKrlos_Torres de antemano gracias por el tiempo dedicado para leernos, aunque sea… De pisa y corre.

La Liga Mexicana de Béisbol está a punto de culminar, y con ella una forma interesante de ver cómo se ha desarrollado cada uno de los equipos, algunos cambiando radicalmente su filosofía, otros mostrando que quizás son más un capricho de un dueño, gobernante o incluso de la misma liga por mantenerse, antes de consolidarse, pero ¿qué es lo que los datos muestran que realmente necesitan?

Sí, necesitan invertir dinero para poder tener a jugadores que puedan estar peleando por el título, aunque si bien el dinero no compra campeonatos, ahí están los Acereros y Toros como prueba de ello, ayuda demasiado, pero también se necesitan otras cosas que pueden ser incluso hasta más relevantes.

De entrada, si el gerente tiene buenos contactos ya la lleva de gane para armar un equipo en función de las características tanto de su parque como de aquellas piezas que redondearán un equipo, un manager que también variará mucho de lo que ocupe un clubhouse. La estrategia es básica, pero habrá algunos que sean motivadores y unos más que puedan manejar grandes egos y presiones.

La sabermetría en este béisbol moderno es algo que ha cobrado relevancia, siempre y cuando tenga usted primero datos útiles y segundo, una persona que le sepa a manejar los datos y que sean usados para conocer patrones de comportamiento, solo es eso, no es que tengan super poderes o que con traer una computadora al dogout se haga magia con eso.

Si quienes están de responsables del equipo (manager, coaches y gerente) no lo usan para conocer patrones de comportamiento, ajustes con los coaches, y se acompañan incluso del mismo estado tanto físico, mental e incluso emocional de los peloteros, esto no sirve absolutamente para nada más que para presumir que se tienen muchos números sacados de manera absurda. En ocasiones y por mucho tiempo incluso podría prescindirse de la sabermetría siempre que se tenga a una gerencia y un cuerpo técnico capaz, eso ha existido por mucho tiempo, pero en estos tiempos sería como usar un guante de infield al jugar la primera base.

Hace unas semanas, el buen amigo Fernando Ballesteros publicó una entrevista de la señora Linda Valenzuela, mis respetos porque no siempre es fácil poder obtener impresiones de gerentes deportivos, mucho menos de presidentes o dueños de equipos. Este tipo de entrevistas permiten saber cómo es la filosofía de cada organización, para qué está ahora, a qué aspira en un futuro y puede entender los “por qué” de algunas cosas. En este caso en particular básicamente lo que se entiende es que Tigres, que fuera un equipo armado para formar a varios peloteros que podrían competir sin ser la nómina más alta, ahora ya solo está armado simplemente para estar en la LMB y ni de chiste el objetivo es ser campeones.

Si bien comparte el sentir de Pepe Maiz al expresar estar en contra de tener a 20 extranjeros en el roster, la filosofía que emplean Sultanes y Tigres es diametralmente opuesta, mientras uno está peleando por quedarse en el liderato de la complicada Zona Norte, otro está en el último lugar de una zona con más de 40 juegos de distancia del primer lugar.

Se puede entender este pensar, pero también debatir cómo es que equipos con mucho menor presupuesto han hecho cosas interesantes, Rieleros uno de ellos donde sin tener un presupuesto que sea muy alto ha podido recuperarse y pelear con los equipos norteños que parecen tener mucho mejor nómina, o algunos otros que han empezado desde cero como los Conspiradores, pero que algo clave ha sido tener en la oficina a un viejo lobo de mar que sabe bien cómo se debe armar un equipo en la persona de Roberto Magdaleno y un manager exitoso como José Offerman.

Si me presiona, aún es tiempo que para algunas categorías como novato y retorno del año no tengo idea de quién pueda ser el ganador, pero el de manager del año definitivamente Reyes y Offerman deberían de ser candidatos por lo realizado en la temporada regular, con equipos limitados y teniendo buenos resultados.

Se sabe que el premio a ejecutivo del año se lo lleva el que queda campeón, o al menos esa es la tendencia, pero si nos basamos en el hecho de poder hacer más con menos, Magdaleno debería de llevárselo sin problemas considerando las dificultades que han tenido, uno de ellos, lo que circuló de tener el roster congelado y la salida de su equipo de una pieza que era clave a la defensiva, aunque quizás ya no tanto con su bat, como lo era Agustín Murillo.

Por cierto, ya que estamos en temas de expansiones y calendarios como ha sido la constante después del béisbol postpandemia, quizás podríamos plantearnos quitar las zonas y poner un mismo standing, pero eso ya será tema de otra columna.

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El béisbol es un deporte fascinante en donde claro que tienen que ver los datos estadísticos de los abridores, relevistas, defensiva y la ofensiva, pero también se debe de considerar el factor de la convivencia humana, el calendario, lesiones y algunos otros puntos que son intangibles.

Para justificar o tener un panorama sobre qué tan bien está un equipo, en muchas de las ocasiones se viene con la vieja confiable: “se deben encontrar buenos relevos para el equipo porque no puede ser que el picheo es quien no debe permitir carreras”, palabras más, palabras menos, pero ¿cuántas veces nos hemos dedicado a ver si es realmente el bullpen el que está fallando o si se necesita un mayor aporte ofensivo?

Las métricas avanzadas son cosas que aún son satanizadas por algunos y tomadas como el santo grial, lamento decepcionar a unos y a otros porque simplemente son patrones de comportamiento, pero en ocasiones no es necesario enfocarse en elementos tan avanzados para poder entender un poco más el por qué va mejor un equipo que otro.

Enfocándonos únicamente en el bateo, podemos analizar a los 90 bateadores con más carreras producidas en la temporada. Tras la gran noche de Art Charles, empata junto a Jerar Encarnación la friolera de 23 carreras impulsadas, mientras que 21 bateadores tienen 7 carreras remolcadas, lo cual es una muestra interesante para poder tomar decisiones.

Equipos con más bateadores dentro del top 90 en remolcadas:

• Sultanes: 8 jugadores
• Laredo, Monclova y Tijuana: 7 jugadores
• Aguascalientes, Jalisco y Oaxaca: 6 jugadores
• Unión Laguna, México y Yucatán: 5 jugadores
• Durango, Puebla, Querétaro y Saraperos: 4 jugadores
• León, Tabasco, Tigres y Veracruz: 3 jugadores
• Chihuahua: 1 jugador
• Campeche: 0 jugadores

Los datos se escuchan bonitos, pero ¿qué significan? En pocas palabras que están teniendo bateo oportuno que te permita traer compañeros a la registradora y de cuántos jugadores puedes confiar para que te remolque las carreras.

Si bien hay métricas avanzadas y estadísticas situacionales que te pueden ayudar a entender cómo se pueden tener condiciones que te permitan estar con más triunfos, esto puede ser un representativo de en cuántas personas puede confiar el manager, aunque también se debe tener en cuenta que no es lo mismo irte con 7 producidas en 3 juegos, a tener a alguien que te está produciendo en abonos chiquitos como si fuera pago en Elektra.

¿Tienen que ver con cómo está el standing? Juzgue usted, Sultanes, Tijuana y Laredo ocupan los tres primeros lugares en el Norte, mientras que en el Sur México y Yucatán son quienes mandan en la división.

El caso particular de Diablos es de considerar que su cuarto bat Japhet Amador solo ha jugado 5 encuentros y tiene 5 producidas, mientras que Yucatán confía en su picheo tanto abridor como relevista que presumen 1.15 de WHIP (bases por bolas y hits por inning lanzado).

Personalmente me sorprende el caso de Durango que aún le alcanza con esas producidas para estar en el cuarto lugar del norte, sin embargo, el sótano del Norte lo ocupa Chihuahua, de quienes su ofensiva depende de Sebastián Elizalde (9 producidas), mientras que, en el Sur, estando los equipos que están de momento fuera de la zona de calificación, son León, Querétaro, Campeche y Tigres.

Claro que se necesita el picheo pero, ¿qué tanto peso se le debe dar a la ofensiva? ¿Se les debe exigir más a los bateadores que a los brazos siempre criticados y que en ocasiones se les carga de mayor responsabilidad de la que merecen?

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