PRENSA ALGODONEROS (Nota: Rubén Benítez. Foto: Cortesía)
GUASAVE.- En la Liga Mexicana del Pacífico se han visto corredores rápidos a granel, pero ninguno como Mike Cole, quien dejó su huella plasmada con Algodoneros de Guasave.
Hoy en nuestro 50 aniversario, recordamos a este jugador, que hasta nuestros días es el dueño del récord de robos en una temporada en la Liga Mexicana del Pacífico… una marca que muy difícilmente será rota, debido su complejidad.
Cole, quien empezó su carrera como segunda base, llegó a Algodoneros a mitad de la década de los 80, luego de haber navegado en las Ligas Menores de Mellizos de Minnesota, Bravos de Atlanta y Reales de Kansas City, sin el éxito deseado, que fue el de llegar a Grandes Ligas.
Mike fue un primer bate natural, que se convirtió en jardinero (empezó su carrera como segunda base), y que, gracias a su velocidad, en México, se ganó el apodo de “El Ratón Volador.
DUEÑO DEL RÉCORD DE ROBOS
Tomando en cuenta que en los años 80 el rol de juegos en la LMP era mayor al actual que ahora tiene 68 juegos, Cole irrumpió por la puerta grande en el frígido circuito mexicano, en el que con Algodoneros impuso el récord de robos de base en la liga, al lograr 58 estafas en 72 juegos de la temporada 1984-85.
El mencionado récord todavía prevalece en la LMP, ya que nadie, pero ni por asomo, se le ha acercado a esos 58 robos que representan una marca muy difícil de romper.
Era un deleite verlo correr en las praderas del Francisco Carranza Limón, ya que la velocidad que mostraba era la de un verdadero fuera de serie.
UN ROBADOR NATURAL
En siete temporadas en Ligas Menores, antes de llegar a Algodoneros, Cole se robó 305 bases, incluso tuvo una temporada de 85 estafas, la cual fue en 1984 con Greenville, sucursal de Bravos de Atlanta.
Luego de haber llegado a la pelota azteca con Algodoneros, se quedó en el beisbol mexicano de tiempo completo.
En la temporada 1989 quedó campeón de robos con Olmecas de Tabasco, al cosechar 100 estafas.
UN DESAFORTUNADO HECHO CAUSÓ SU RETIRO
Cole debutó en la LMB en 1986 con Cafeteros de Córdoba, para luego jugar con Piratas de Campeche en las campañas de 1987 y 1988; en el 89 fue a Tabasco, para luego regresar a Campeche en el 90.
En 1991 jugó para Industriales de Monterrey, equipo con el que tuvo un desafortunado incidente.
Resulta que, en una tarde sabatina en el parque del Seguro Social, en un duelo en contra de Diablos Rojos del México, en una barrida en segunda fracturó de una pierna al entonces camarero, Armando “El Ahujita” Sánchez.
Armando era muy querido por compañeros y rivales, y aunque nunca se supo le verdad, corrió la versión de que la barrida de Cole había sido a propósito, por lo que literalmente le empezaron a llover pelotazos en donde se presentaba.
Industriales lo cambió en ese 91 a Tuneros de San Luis, pero ya no fue el mismo.
En 1992 ya no regresó, pero sí lo hizo en el 93 con Campeche, pero las cosas no se olvidaron y el resultado fue el mismo, razón por la que Cole optó por el retiro.