Tommy Lasorda, el manager más emblemático en la historia de los Dodgers de Los Angeles, un tipo irreverente, carismático, líder, pero sobre todo triunfador.
Hijo de inmigrantes italianos, como pitcher de Grandes Ligas fue un fracaso en los años cincuenta, lanzando para Dodgers de Brooklyn. En tres temporadas y solo 26 juegos, no ganó uno solo, pero como manager la historia sería completamente distinta ganando 1,599 encuentros.
CARRERA DE MANAGER
Pero Lasorda iniciaría desde abajo, dirigiendo Ligas Menores, incluso en el beisbol dominicano estando al frente de los Tigres de Licey en 1973 y ganando el título de la liga y de la Serie del Caribe.
Su etapa como timonel en Grandes Ligas parecía eterna y un romance que jamás terminaría. Comenzó en 1976 a los 48 años y sería hasta los 68 en 1996 cuando su ciclo como manager terminaría, siempre con Dodgers.
En 22 temporadas al frente de Los Angeles, ganó dos títulos de Serie Mundial, en 1981 contra Yankees y en 1988 ante Atléticos.
Además logró ocho títulos divisionales y cuatro banderines de la Liga Nacional.
FERNANDOMANÍA
En 1981, Tommy tomó una decisión que cambiaría el destino de los Dodgers y un público que comenzaba a exigirle resultados.
Jerry Reuss, zurdo estelar programado para abrir el juego inaugural de aquella campaña, se había lesionado, quien sería el elegido para lanzar ese día, un joven Fernando Valenzuela.
Sin experiencia previa como abridor, el novato mexicano, recibió toda la confianza de Lasorda, del resto se hizo cargo Valenzuela con impactantes aperturas, llevando a los Dodgers a ganar la Serie Mundial ese año y comenzar una época llamada Fernandomanía.
Tom Lasorda, fue fundamental durante esa etapa. Hacia Fernando, se refirió de la siguiente manera:
“Nos impresionó mucho. Nunca tuve nervios sobre si podía jugar o no, yo sabía que tenía la capacidad de hacerlo”.
LEGADO
Su legado marca a un hombre triunfador y que siempre vio al beisbol con pasión y entendiendo el rol del deporte como espectáculo para el público.
Tommy fue un tipo adorado por el público y sus jugadores, encarando a los umpires cuando cada que no estaba de acuerdo.
Su liderazgo le dio para plasmar frases que quedarán por el resto de la historia.
Hay tres tipos de jugadores de beisbol: los que hacen que suceda, los que observan y aquellos que se preguntan qué pasó.
La diferencia entre lo imposible y lo posible radica en la determinación de una persona.
En 1997, Lasorda fue entronizado al Salón de la Fama de Cooperstown, también ganó medalla de oro dirigiendo a Estados Unidos en Juegos Olímpicos.